Con unos binoculares al cuello y cámara en mano, nos abrimos paso lo más sigilosamente posible, paso a paso, por el estrecho sendero. Contenemos la respiración con cada crujido de la hierba y a cada estruendo de los acantilados, y nuestros corazones se aceleran. Miro hacia delante, hacia la guardabosques, mientras agarro mis binoculares.
En un instante, estoy arrodillada sobre la hierba en un mar de flores amarillas y azules, conteniendo la respiración, con los binoculares pegados a los ojos. Agachada en la hierba junto a mí, igual de quieta y tensa, está la guardabosques Maria.
Sentidos agudizados, atentos al más mínimo sonido o movimiento. Avanzando lentamente, con sumo cuidado. Un safari a pie es una experiencia única. Avistar animales salvajes es lo más evidente, pero ya merece la pena por el mero disfrute de la búsqueda. La sensación de descubrir huellas y seguir el rastro. La excitación de cada ruido, la emoción de las imágenes observadas a través de los binoculares.
No tiene por qué ser África
Los destinos más populares, y probablemente los primeros que le vienen a uno a la cabeza al oír la palabra “safari”, son los países de África y los parques nacionales que albergan a los 5 Grandes. Para muchas personas, avistar estos 5 Grandes –elefante, rinoceronte, búfalo, león y leopardo– es el sueño de toda una vida.
Pero los parques nacionales de África no son los únicos lugares en los que rastrear a los 5 Grandes. Ni siquiera es necesario salir de Europa para sentir ese subidón de adrenalina al mirar por los binoculares. La región alpina bien merece un viaje, con destinos como el Parque Nacional de Hohe Tauern al que se podría llamar la oficina de la guardabosques Maria.
De paseo con
guardabosques alpinos
El Parque Nacional de Hohe Tauern que rodea la montaña más alta de Austria, el Grossglockner, es la mayor reserva natural conectada de Austria, con 1800 kilómetros cuadrados. Los valles situados a los pies del Grossglockner están considerados como los mejores lugares para encontrar a todos los 5 Grandes en un safari por los Alpes.
Estos son los animales que quienes visitan los Alpes suelen estar más deseosos de avistar. La sensación de seguir su rastro, con unos binoculares al cuello y cámara en mano, es muy parecida a la experiencia en la sabana africana. Y aquí también, un poco de suerte forma parte de cualquier safari, idealmente con el respaldo del conocimiento experto de los guardabosques.
Los guardabosques de los parques nacionales conocen el territorio a la perfección. Quizá incluso mejor que la palma de su mano. Están familiarizados con los senderos más utilizados por la fauna alpina y conocen las rutas más frecuentadas y las zonas de alimentación habituales.
El safari comienza directamente ya en el aparcamiento
Maria no tarda mucho, ni un kilómetro, en avistar los primeros animales: el maletero del coche aún está abierto y el telescopio en su funda cuando me entrega los pequeños binoculares en el aparcamiento. Empiezo a mirar frenéticamente a derecha e izquierda, girando rápidamente la anilla del zoom para obtener una visión clara. Tengo que espabilar, pienso para mis adentros. Esta podría ser mi primera y única oportunidad de avistar un animal silvestre.
Maria, en cambio, está relajada.
“No hay prisa”, dice. Y decide que hay tiempo suficiente para sacar el gran trípode de su funda y atornillar el telescopio. Sin ninguna sensación de urgencia.
El rebeco que acaba de divisar en la empinada ladera que está justo sobre nosotros pastará un buen rato allí. Ella también lo sabe. No solo porque no es la primera vez que un safari comienza ya en el aparcamiento, antes de que ella haya tenido siquiera tiempo de presentarse adecuadamente.
Es la sensación
que transmite Maria.
Maria me sorprende continuamente en este safari alpino. No solo por sus conocimientos y su visión, sino por el sentimiento que transmite. La sensación de quietud mientras observamos y nos maravillamos. Y en este sentido, Maria no es diferente a los guardabosques con los que he salido de safari por África. Tanto en África como en Austria, algunas situaciones son de todo menos de manual. Por ejemplo, una pareja de jirafas que viva de forma muy atípica y monógama. O un rebeco que se haya infiltrado en una manada de íbices.
También hay una imagen que hace sonreír incluso a Maria: un rebeco solitario que obviamente cree que es un íbice y que se ha integrado con total naturalidad en la manada como uno más. Los íbices, en cambio, están menos entusiasmados y miran escépticamente al intruso. Siguen intentando quitárselo de encima, pero se dan cuenta de que el rebeco probablemente haya llegado para quedarse.
Observamos el espectáculo por un momento. Hasta que los animales suben a lugares más elevados a medida que la mañana avanza.
La magia matutina del safari se desvanece; es casi como si esta ventana a la naturaleza estuviera a punto de cerrarse de nuevo. Más caminantes se abren paso lentamente hacia nosotros. Algunos de ellos miran con curiosidad al gran telescopio que Maria sigue llevando al hombro.
Los guardabosques son guardabosques. Tano en África como en Austria.
Los 5 grandes de los Alpes: en Austria, Suiza y Alemania
Austria
Los visitantes pueden experimentar la magia de los 5 Grandes en varias regiones entre los Alpes occidentales y orientales. El Parque Nacional de Hohe Tauern es uno de los múltiples destinos que ofrecen recorridos con guardabosques. También puede seguir el rastro de la fauna de otras regiones con unos binoculares al cuello.
Austria
Si espera ver íbices, por ejemplo, su mejor opción es el Parque Natural de Kaunergrat. Desde su reintroducción en 1953, la población de íbices ha crecido rápidamente. El parque natural alberga ahora la mayor colonia de íbices de Austria, con 1200 animales.
Austria
El Lechtal es un importante destino para los observadores de aves. En el Parque Natural del Tiroler Lech se pueden encontrar 110 de las 150 especies de aves autóctonas del Tirol. De ahí su condición de “Área importante para la conservación de las aves” reconocida internacionalmente.
Suiza
En Suiza, las montañas del cantón de Grisones ofrecen las mejores perspectivas para descubrir los 5 Grandes.
Alemania
Y si quiere probar suerte en Alemania, haga un viaje a Allgäu: el Zentrum Naturerlebnis Alpin de Obermaiselstein ofrece visitas guiadas para ver a los 5 Grandes en la región del Allgäu.
Acerca de
Franziska Consolati
Franziska Consolati (de soltera Bär) es autora y aventurera. Apenas había alcanzado la edad adulta cuando se embarcó en uno de sus primeros viajes por el Sáhara con los beduinos. En algún punto entre las dunas del desierto, se enamoró locamente de nuestro planeta. Desde entonces, ha viajado por medio mundo, se ha sumergido en distintas culturas y ha explorado la naturaleza salvaje más allá de los caminos trillados. Cada paso le ha hecho reafirmarse en la urgente necesidad de actuar para proteger nuestra Tierra. Franziska trabajó para una organización medioambiental durante cuatro años antes de convertirse en autora independiente, centrándose tanto en los viajes como en la protección del medio ambiente.
Gracias por las fotos:
Parque Nacional de Hohe Tauern: Hannah Assil, Michael Kastl, Alexander Müller, Emanuel Egger, Günther Gressmann, Norbert Hölzl
Franziska Consolati
