Desde su creación hace ya más de 70 años, SWAROVSKI OPTIK ha apostado fuerte por su planta de producción tirolesa de Absam. Ubicada en el corazón de una pintoresca zona residencial y de ocio, la sede de la empresa se integra armoniosamente en su entorno. Después 18 años de servicio y los cuellos de botella de capacidad sufridos, la planta central de anodizado necesitaba un cambio y más espacio para acomodar la nueva máquina de acabado de superficies de aluminio alrededor de un 50 % más grande.
Por ello, en 2017, el departamento interno de construcción dirigido por Bernhard Ölz, responsable de edificios, residuos y derecho industrial, elaboró los planos y presupuestos detallados para su valoración por parte de la dirección de la empresa. Dado que el punto fuerte de SWAROVSKI OPTIK ha sido siempre su capacidad de producir todo en un mismo centro, se aprobó una inversión total que ascendía a algo menos de 20 millones de euros, que salvaguardaba la sede de la empresa y muchos puestos de trabajo.
Planificación meticulosa para una fabricación sin sobresaltos
El limitadísimo espacio disponible en la sede de la empresa para cualquier nueva edificación exigía una planificación extremadamente inteligente. En una superficie de apenas 1.400 metros cuadrados había que dar cabida al tratamiento de aguas residuales, al montaje, a las oficinas de la dirección, a las áreas de producción adicionales y a dos centros técnicos, todo ello con el objetivo de reducir distancias entre los diferentes pasos de producción. La construcción se inició finalmente en mayo de 2018 y en solo dos años y tres meses el nuevo edificio estaba listo.
La planta de anodizado la diseñó internamente con suma minuciosidad Martin Gabl, jefe de desarrollo de procesos y responsable de medio ambiente, en consultas con el constructor de la planta externa. Mide 50 metros de largo por siete de ancho y ocho de alto. El tamaño de la planta hizo que estuviera sujeta a un proceso de certificación muy estricto de acuerdo con la norma IPPC (Prevención y control integrado de la contaminación). La construcción también debía incluir un balcón en voladizo, un factor adicional que supuso un reto particular en los cálculos estructurales. Finalmente, la planta se encajó con extrema precisión en el espacio disponible, dejando libre solo 10 centímetros en la parte delantera y trasera.
La gestión sostenible es una realidad en SWAROVSKI OPTIK: de acuerdo a las normas autoimpuestas por la empresa, la gestión medioambiental se debe tener en cuenta desde el inicio de cualquier proyecto nuevo. La planta de anodizado no fue una excepción. Trabajando en estrecha colaboración con los departamentos internos de diseño y construcción de la planta, el equipo dirigido por Christoph Schwaninger se enfrentó a algunos retos críticos.
La planificación de un nuevo edificio para una gran planta industrial en medio de una zona predominantemente residencial requería grandes dosis de experiencia y sensibilidad. SWAROVSKI OPTIK es conocida y respetada como productor de confianza en la región. Por eso, desde el principio, el objetivo de la empresa no era únicamente cumplir todos los valores de emisiones, sino reducirlos significativamente. Se prestó especial atención al ruido, ya que este tipo de emisiones habrían supuesto las mayores molestias para el vecindario. Un sistema inteligente de grandes absorbentes acústicos ha reducido las emisiones de ruido a un mínimo absoluto, hasta el punto de que apenas son perceptibles.
Mirando al futuro
Una meticulosa atención al detalle, un conocimiento experto, una perfecta cooperación interdepartamental, un pensamiento empresarial coordinado y una acción orientada a las soluciones: desde el traslado al nuevo edificio de producción y la puesta en marcha de la planta de anodizado en agosto de 2020, este enfoque armonizado ha garantizado que SWAROVSKI OPTIK esté perfectamente equipada para el futuro.
El enorme incremento de la demanda de ópticas para grandes distancias innovadoras y de gran precisión se ha traducido en una cantidad de pedidos especialmente elevada. El audaz planteamiento de la empresa está dando sus frutos, ya que, además de otras ventajas, la nueva planta de anodizado garantiza que la producción pueda seguir el ritmo de este aumento en la demanda. También ha reforzado el compromiso de SWAROVSKI OPTIK de seguir siendo independiente en su centro y ser un socio fiable para las personas como empleador, vecino y fabricante de ópticas de alta calidad.