Una gran planta, una gran inversión, un fuerte compromiso con el lugar: la puesta en marcha de la nueva planta de anodizado marcó el inicio de otro capítulo en la historia de SWAROVSKI OPTIK, ya que esta técnica de acabado de superficies es una tecnología clave de la sede de la empresa en Absam, Tirol.
A medida
El anodizado, o la aplicación de un acabado superficial de aluminio, es una de las tareas más importantes y que más tiempo requiere en SWAROVSKI OPTIK. El elevado nivel de calidad que esperan nuestros clientes no se puede lograr sin esforzarse, por lo que, tras 18 años de funcionamiento y cuellos de botella de capacidad, se tomó la decisión de sustituir la antigua planta. Resultó ser una decisión absolutamente acertada, ya que la anterior instalación no habría podido satisfacer adecuadamente la fuerte demanda de ópticas para grandes distancias que hemos observado en los últimos años.
La nueva planta se diseñó exactamente según los exigentes requisitos de SWAROVSKI OPTIK, en estrecha colaboración con expertos internos y externos, y se construyó in situ. Esto garantizó el cumplimiento de todos los requisitos de calidad, tanto de la propia empresa como de sus clientes. También era la única manera de que la planta pudiera integrarse sin fricciones en el proceso de producción existente. Se necesitó la experiencia combinada de diversos departamentos para llevar el proyecto a buen puerto: ayudados por sus equipos, Martin Gabl, jefe de Desarrollo de Procesos; Johannes Köchler, de Control de Calidad; Christoph Schwaniger, de Servicios de Construcción; y Bernhard Ölz, de Planificación de la Construcción, aseguraron el éxito de la planificación y ejecución de este ambicioso proyecto
Diez millones de componentes
La fase de pruebas duró unos cuatro meses, hasta que la empresa estuvo totalmente satisfecha con los resultados y la nueva planta pudo entrar en funcionamiento. Para la fase inicial se prevé una utilización de alrededor del 70 % de la capacidad total. La planta funciona en dos turnos, lo que también es muy importante en relación con la fluidez de los flujos de trabajo, así como con las labores diarias de inspección y mantenimiento. La planta procesa ahora unos diez millones de componentes anodizados al año.