Willie Duley y sus colegas de NZ Hunter fueron a cazar rebecos y ciervos rojos con los EL Range 10x32 en las montañas de Canterbury, Parque Nacional de Arthur’s Pass (Nueva Zelanda). Aquí encontrará su relato de esta desafiante búsqueda:
Una aventura de caza en las montañas neozelandesas
Tras un verano incesante de largas horas para conseguir que se emitiera nuestro programa de televisión, por fin se veía luz al final del túnel, y rápidamente empezamos a maquinar nuestra próxima aventura de caza en las montañas de Nueva Zelanda.
Nuestra última incorporación al equipo, el editor de vídeo Kieran, se puso rápidamente manos a la obra y preparamos el equipo para una expedición de cinco días por las agrestes tierras del Parque Nacional de Arthur’s Pass. Al ser finales de otoño, albergábamos la esperanza de conseguir para Kieran su primer ciervo rojo adulto y un gamo macho.
El objetivo principal de nuestro primer día de viaje era subir a algunas zonas de caza potenciales. Después de tres meses metidos principalmente en la oficina, la caminata de 20 km con 1.300 metros de desnivel fue una fuerte sacudida para el sistema y probablemente hizo que Kieran se preguntara a qué se había apuntado. Al llegar a la cúspide de nuestro viaje mientras empezaba a oscurecer, no pudimos localizar ningún animal cerca, así que nos dispusimos a establecer un campamento, preparados y listos para la mañana siguiente.
Una mañana fría, pero impresionantemente clara nos dio los buenos días, con una neblina roja sobre las interminables cimas de las montañas en el horizonte, nos dispusimos a observar con nuestros equipos para intentar localizar algunos animales. Yo estaba probando los nuevos binoculares EL Range 10x32 en este viaje y, al no avistar otra vez ningún animal, parecía que abría que echar mano de ellos en numerosas ocasiones.
Me separé del grupo con la radio en la mano y me dirigí hacia el este para buscar en algún terreno nuevo y divisé una familia de rebecos por debajo de mí. Una mirada más atenta a través de mis binoculares me reveló un macho que seguía a la cierva y a un primal, pero ¿era lo suficientemente mayor? Desgraciadamente, al macho le faltaban unos cuantos años de su plenitud y probablemente solo estaba disfrutando con las hembras antes de que un animal las reclamara durante el celo. Un breve vistazo a un par de ciervas rojas en el borde de un arbusto lejano nos hizo reevaluar nuestra situación y decidimos que un cambio de ubicación sería nuestra mejor apuesta para la caza vespertina. Con las pesadas mochilas a cuestas de nuevo, nos dejamos caer y nos deslizamos entre algunos pintorescos lagos azules antes de volver a montar el campamento y subir a lo alto de una cresta para observar nuestras posibilidades para el atardecer. Una vez más, la disminución de las horas de luz acortó un poco nuestra cacería, pero había conseguido localizar un prometedor grupo de rebecos de buen tamaño para la mañana siguiente. El cuerpo de Kieran empezaba a notar los interminables kilómetros recorridos y su entusiasmo menguaba por momentos. Esto iba a ser interesante.
Ascendiendo y adentrándonos en la cuenca donde había visto al grupo de rebecos la tarde anterior, coronamos la última cresta e inmediatamente divisamos un animal por debajo de nosotros. Con una atractiva cornamenta a la vista, estábamos debatiendo si el animal era un macho o una hembra cuando apareció un nuevo ejemplar desde detrás de una cresta rocosa. Una mirada a través del telescopio ATC me permitió ver que era un macho y, además, bastante bueno.Así que preparamos el rifle mientras se abría paso, parecía que ahora más apresuradamente, por la empinada ladera de pedregal de enfrente, por encima de nosotros. Se puso de costado y rápidamente disparé mirando a través de los binoculares. Kieran ajustó el PBC del visor Z5 y se preparó para disparar. Al apretar el gatillo, todos esperábamos que el macho cayera en el acto y nos quedamos consternados cuando vimos levantarse una polvareda mientras el macho huyó galopando a gran velocidad. Volvimos a reproducir el disparo en nuestras cámaras y vimos cómo la bala pasaba rozando al lado del hombro delantero del macho, apenas a unos centímetros. Abatidos por la oportunidad perdida, fue agradable saber que el animal estaba ileso. Posiblemente la presión del momento había podido con Kieran, nunca lo sabremos con certeza, pero así es la caza.
Después de un chaparrón, comenzamos a descender por las empinadas laderas de pedregal hacia el valle principal del río que había más abajo, mientras nos manteníamos siempre alerta por si había algún ciervo cerca en la zona. Por desgracia, las huellas de botas frescas nos indicaron que este valle había visto a otros cazadores en los últimos días, así que seguimos adelante y acampamos en los llanos del río, con un cielo estrellado que nos indicaba que el día tocaba a su fin.
Con las pilas un poco recargadas tras pasar la noche en los llanos del río, después de rehidratarnos y comer, iniciamos una penosa caminata de 1.000 metros de vuelta a un nuevo conjunto de cumbres. Al detenernos para tomar un respiro y escudriñar más allá de la línea de arbustos, rápidamente divisé algunas ciervas rojas con un macho joven trotando detrás. No eran exactamente nuestro objetivo, pero sí una buena señal de que la zona a la que nos dirigíamos albergaba algunos ejemplares más.
Crestear la cima de la rocosa y quebrada montaña nos proporcionó una gran panorámica de toda una nueva cuenca. Nuestro cámara Emil, al captar un breve atisbo de un macho adulto almuerzo, nos tenía ansiosos por la caza que nos esperaba por la tarde. Pero, a pesar de todos nuestros esfuerzos y de escudriñar muchos arbustos, la jornada había resultado sorprendentemente tranquila. Nos acostamos para pasar la noche, con la esperanza de poder sacar algún resultado en nuestro último día de caza.
Rangefinding binoculars have been available for some time now and they are undoubtedly extremely useful for saving precious seconds in the field when measuring the shooting distance and angle to animals. Their one common downside for the mountain hunter has often been the additional bulk and weight that comes with combining a binocular and rangefinder into a single unit. Swarovski has now entirely challenged what was previously thought possible with the release of the EL Range 10x32 binocular. Weighing a mere 680 grams, this binocular is a must for any hunter who prioritises lightweight and compact equipment. – Willie Duley
Tras separarnos para incrementar nuestras posibilidades, el sonido de rocas cayendo me hizo fijarme en un grupo de rebecos. Parecía un déjà vu. Otra hembra y un primal, seguidos por un joven macho.. Una crepitante llamada de radio de Emil que decía haber avistado un macho adultome hizo correr en su dirección. El gran macho ya se había acostado y nos enfrentábamos a un pequeño dilema mientras hacíamos todo lo posible por evaluarlo en medio del sofocante calor del mediodía. Con la previsión de fuertes lluvias, teníamos que dejar este valle esa misma noche o arriesgarnos a quedarnos atrapados en él. Además, el macho adulto estaba situado en un lugar complicado al que no estábamos seguros de poder llegar, eso si Kieran se animaba a hacer un último esfuerzo. Las probabilidades ciertamente no parecían estar a nuestro favor y le dimos a Kieran la última palabra sobre lo que quería hacer. A regañadientes, comenzamos la caminata de vuelta por la cresta y luego bajamos para salir al valle. Teníamos una sensación agridulce y ya estábamos maquinando un regreso a una zona cercana para intentar romper nuestra mala racha mientras dábamos por concluido el viaje a la luz de los frontales.
La aventura continúa…
Tras optar por utilizar nuestros 4x4 para acceder a este valle fluvial frío y cubierto de nieve, nos dispusimos rápidamente a buscar los probables frentes de acción. Localizando unas cuantas ciervas y ejemplares más jóvenes, las cosas parecían volver a torcerse cuando un gran ciervo astado salió de entre los arbustos. A primera vista, tenía un aspecto impresionante, así que cerramos la brecha para poder evaluarlo mejor. Con Kieran colocado tras el rifle, empecé a intuir que no era exactamente lo que buscábamos. Su cuerpo delgado y piernas largas me decía que solo tenía cuatro o cinco años, y que aún no había alcanzado todo su potencial. Fue una decisión difícil abandonarlo, pero era la decisión correcta.
De mala gana, dirigimos nuestra atención al otro lado del valle, donde habíamos avistado algunas ciervas. La idea de degustar algo de venado fresco era demasiado fuerte como para ignorarla. Justo cuando una de las ciervas adultas se volvió de costado y ofreció a Kieran el disparo perfecto, el zumbido de un avión que se dirigía hacia nosotros rompió el silencio de las montañas. Las ciervas se volvieron a esfumar en busca de cobijo en la seguridad de la espesura, y ya no las podíamos ver. Vaya, no estábamos teniendo nada de suerte en este viaje.
Recorrimos las laderas mientras emprendíamos el camino de regreso fuera del valle para dar nuestro viaje por concluido. Como si estuviera predestinado, divisé un macho adulto a solo unos cientos de metros en una ladera. Rápidamente, cerramos la brecha y nos dispusimos a hacer que Kieran se alineara en una roca prominente. Encontró al animal y estaba a punto de disparar cuando el ciervo salió despavorido. Desconcertados por lo que acababa de ocurrir, miramos abajo para ver otro vehículo, aparcado a la vista del ciervo. Nuestra racha de infortunios era difícil de comprender, casi risible.
Abatidos, iniciamos el descenso hasta el vehículo e iniciamos el trayecto de regreso fuera del valle. Dos viajes y varios días en las montañas no habían sido suficientes para que Kieran tuviera éxito este año, pero así es la caza. En las montañas, nunca hay nada garantizado, pero, si uno saborea todos los momentos en la naturaleza más allá de abatir un animal, nunca volverá a casa con las manos vacías.
ACERCA DE
WILLIE DULEY
Willie Duley es un apasionado cazador y conservacionista de las tierras salvajes de Nueva Zelanda. Creció en una familia inmersa en el aire libre y la naturaleza. Sus padres son los productores de la popular revista NZ Hunter Magazine. El propio Willie presenta y produce el programa de televisión sobre actividades al aire libre NZ Hunter Adventures. Como padre, espera ofrecer a su familia una infancia igual de gratificante creciendo rodeado de personas, lugares y animales silvestres.