Sentimos cierta nostalgia innata cuando nos embarcamos en una experiencia de caza a caballo. Pero, ¿se trata de un vínculo con nuestros antepasados y la historia que escribieron, o de que de algún modo los caballos nos unen más a la naturaleza? El aire libre y la naturaleza son buenos para nuestras almas, pero experimentar el aire libre en una aventura de caza también es bueno para nuestro bienestar. Y con una bestia briosa como compañero de viaje, tendrá una auténtica conexión con la caza.
En Estados Unidos, los cazadores pueden cazar en muchos cotos, tanto públicos como privados. Para conservar ciertas zonas vírgenes, el presidente Theodore Roosevelt creó Wilderness Areas (Zonas salvajes). El objetivo era evitar que las tecnologías e innovaciones modernas afectaran al estado natural de estas zonas específicas y preservarlas para las generaciones presentes y futuras. Los caballos son un valioso vínculo adicional con esa naturalidad.
Los espacios naturales y otras zonas forestales de EE. UU. son lugares privilegiados para la caza. Aunque en las zonas forestales sí se puedan utilizar vehículos motorizados, motosierras y aparatos electrónicos modernos, en las Wilderness Areas no está permitido su uso. En lugar de ir a pie, los cazadores pueden optar por utilizar caballos y otro tipo de ganado para desplazarse.
Hace mucho tiempo, mi tía empleaba caballos para arar, segar, rastrillar y empacar sus campos de heno para producir heno natural y sin productos químicos. Hoy en día, disfruto utilizando caballos en mis exploraciones al aire libre y en expediciones en busca de alimentos naturales, no modificados y ecológicos.
Una de las cosas buenas de los caballos es que podemos adentrarnos más en el bosque y más rápido que si llevamos nuestro equipo a la espalda.
CACERÍAS DIURNAS
En primavera, numerosas pistas forestales están cerradas al tráfico motorizado. En esta época del año, me gusta ir de excursión a mi lugar favorito para la caza de pavos a lomos de mi caballo, Cowboy. El rítmico sonido de sus cascos rompe el silencio de un modo más sutil que el rugir del motor de un vehículo. Mientras mi fiel corcel me lleva a través de la niebla matinal, gorjeo y cacareo con un reclamo bucal. Entonces, a lo lejos, oigo la respuesta de un pavo y empieza el juego.
Desmonto, ato a Cowboy a un árbol y me preparo para acechar al ave. Mi bien entrenado caballo permanece en silencio y espera el sonido de mi disparo. Es impresionante cómo se interesa cuando vuelvo. Busca y huele la presa. Cowboy sabe que estamos cazando, pero se pregunta si acarreará un ave de buen tamaño y a mí, o si yo le guiaré a pie mientras el carga con el peso de un animal más grande.
CACERÍAS NOCTURNAS Y EN GRUPO
Nos vamos a las montañas a cacerías de caza mayor que pueden durar de cinco a nueve días en otoño. Estas largas cacerías exigen que los cazadores pesen y racionen el equipo que llevan en sus mochilas. Cuando llevamos nuestros caballos, también pesamos y racionamos lo que van a cargar, pero eso supone que nos permitimos algo más de comida y otros pequeños lujos para nuestro campamento de caza.
He disfrutado de innumerables días y noches en viajes de caza en los parajes salvajes de las Montañas Rocosas. A menudo acampamos justo por debajo de la línea de bosque, con lo que tenemos refugio contra los elementos, pero también necesitamos encontrar una zona cerca del agua cuando nos movemos con los caballos. Una cosa es llevar nuestra agua en las alforjas de los caballos, pero otra sería que tuvieran que acarrear agua para ellos mismos.
Los caballos pueden cargar aproximadamente el veinte por ciento de su peso corporal, unos 90 kilos. No es lo mismo cargar con alforjas que con un jinete bien equilibrado. El peso muerto de las alforjas puede balancearse y causar llagas o magulladuras al caballo, así que reducimos la carga. Hay que ajustar las monturas de las alforjas a los caballos, y hay que clasificar, equilibrar y atar el equipo para asegurar la carga para que el viaje resulte cómodo.
Cuando salimos a una cacería a caballo de varios díasllevamos nuestra tienda de lona ligera, comida deshidratada, hornillo portátil, pilas de combustible, bolsas de filtración de agua, saco de dormir y otros enseres. Además, puedo meter mi telescopio en una funda rígida y atármelo todo para un viaje seguro.
Llevo mi rifle o escopeta en una funda en mi caballo de montar. Prefiero las fundas de cuero a las de tela, porque el material más rígido, moldeado para ajustarse a mi rifle y a mi visor, protege mi preciada óptica.
Añadimos otro animal de carga o de monta al grupo cuando queremos llevar más equipo o cazadores adicionales.
Una vez en el campamento, podemos levantarnos temprano y ensillar los caballos para dirigirnos a valles lejanos y cazar durante el día. Sin embargo, cuando los caballos se quedan en el campamento, siempre tenemos que volver por la tarde para llevarles agua y asegurarnos de que comen bien. Así que aunque utilizar caballos en una cacería sea un lujo, también es una responsabilidad añadida.
Una memorable cacería a caballo duró un total de 18 días (en tres viajes) en plena naturaleza. Cowboy me miró con orgullo cuando salí del bosque con la cornamenta de un ciervo canadiense macho gigante a la espalda. Los caballos se percatan si no colocamos todas nuestras etiquetas y también se sienten orgullosos si tienen que cargar el fruto de nuestro trabajo.
SOBRE EL AUTOR:
MIA ANSTINE
Mia Anstine escribe desde su casa en las Montañas Rocosas del suroeste de Colorado. Guía a cazadores que persiguen ciervos canadienses, ciervos mulos, osos negros y pavos de Merriam en el suroeste de Colorado y el norte de Nuevo México. Desde su base rural, Mia ha viajado para perseguir animales silvestres por todo el mundo. Cuando no está escribiendo, cazando o guiando, suele viajar por el país presentando seminarios, enseñando tiro con arco, manejo de armas de fuego y otras habilidades relacionadas con las actividades al aire libre. Se esfuerza por animar a los demás a salir a la naturaleza, cazar, pescar, disparar, cocinar, comer, sobrevivir y a vivir la vida de forma positiva.
LA RELACIÓN DE MIA ANSTINE CON
SWAROVSKI OPTIK
La primera vez que Mia Anstine utilizó un producto SWAROVSKI OPTIK fue en 2007: los binoculares EL 8,5x42 que le regaló su ahora marido justo después de conocerse. Desde entonces, utiliza productos SWAROVSKI OPTIK para observar animales silvestres, vigilar poblaciones de ganado y explorar el mundo, así como visores para disparar con precisión a los objetivos. A Mia le gusta especialmente el módulo BTX para su telescopio.